jueves, 27 de junio de 2013

Como un árbol en flor

Esta mañana tomé esta fotografía en mi jardín y me recordó a cuando estaba embarazada, pues pienso que durante el embarazo las mujeres florecen.


Inclusive en los países de habla inglesa le dan el nombre de "blooming stage" (etapa floreciente) al periodo de embarazo en el que las nauseas de las mañanas, el cansancio y los repentinos cambios de humor quedan atrás y las mujeres se convierten en hermosas y radiantes criaturas de piel tersa y cabellos brillantes.

Yo me sentí en ese estado de florecimiento de principio a fin, desde el día que confirmé mis sospechas de embarazo, hasta el momento que nació mi pequeño. Tuve náuseas sólo un par de veces, no padecí dolores de espalda ni de ningún otro tipo, tampoco tuve calambres y las madrugadas de insomnio las utilicé para meditar. Me mantuve activa, saludable y en una sintonía muy estrecha con mi bebé todo el  tiempo.

Hoy puedo decir que una de las épocas más bellas de mi vida fue justamente esa y que mi estado privilegiado de sentirme como un "árbol en flor" albergando más de una vida dentro de mi vida, se dio gracias a mis percepciones sobre la vida, la mujer, la maternidad, la belleza y el cuerpo, que, por supuesto, no tienen nada que ver con los cánones de belleza, ni las ideas de "liberación de la mujer" que te impone la sociedad occidental, machista y capitalista de hoy en día.

Durante mi embarazo me sentí dichosa de atestiguar el milagro de la vida pasando por mi cuerpo y apoderándose de él.

Este es un proceso tan mágico que aunque desde fuera sólo podemos ver como va creciendo la barriguita, lo cual es un deleite en sí mismo, sabemos que por dentro ocurren cosas maravillosas que muchas veces ni la ciencia ha podido explicar.

Y así, poquito a poco, nuestros pequeños garbanzitos van creciendo y cobrando la forma de pequeños seres humanos en su burbuja de cristal; meciéndose al ritmo de nuestros pasos, alimentándose con nuestra sangre y acurrucándose  en la oscuridad y calidez de nuestros vientres.

A todas las mujeres que están sintiéndose como un hermoso y frondoso "árbol en flor", les regalo la flor de mi jardín y esta canción...











miércoles, 26 de junio de 2013

Madre selva, madre tierra, madre todo

Quiero iniciar este blog con una fotografía que tomé de una madre y su bebé el año 2004 en Asunción del Quiquibey - Parque Nacional Pilón Lajas, Bolivia.

En esa época, acababa de terminar mis estudios de antropología y estaba realizando una primera entrada de campo en esta comunidad para estudiar la medicina tradicional del pueblo indígena Tsimane. 

Ese día baje al río y vi cómo esta madre llegó cargando a su niño y un montón de ropa sucia en su espalda. Llegó a la playa, descargó su atado, puso la ropa a un lado y encima puso al bebé. Luego buscó tres palos largos, como de dos metros cada uno e hizo con ellos un trípode que enterró en la arena.

Se acercó a su bebé y jugó un rato con él, luego lo amamantó y el bebé se quedó dormido. Entonces, ella lo envolvió en un pedazo cuadrado de bayeta y amarró las puntas en el centro del trípode. El bebé quedo colgando como una perfecta cucuna. Posteriormente la madre se alejó y se dio a la tarea de lavar la ropa y enjuagar sus penas en el río.

Han pasado 9 años desde entonces, y aunque yo andaba dedicada a viajar, estudiar y meterme en la selva bajo cualquier pretexto, creo que ya intuía la belleza de la maternidad. Hoy miro la fotografía, y leo el poema que escribí inspirada en ella, la mujer del río, y me asombro porque es como si en ese entonces, y sin ser madre aún, me hubiera reflejado a mi misma hoy, viviendo el proceso de la maternidad de una manera tan sentida como nunca antes lo habría imaginado.

El poema "Madre selva, madre tierra, madre todo" lo escribí sólo 3 años después, a fines del 2007, cuando la Oficialía Mayor de Culturas de La Paz, me invitó a realizar una exposición fotográfica y quise acompañar todas mis fotografías con un pequeño texto o poema. La exposición se llamó Nayra y esta fotografía se llamó   "Madre selva, madre tierra, madre todo", que les inspire y la disfruten.

Madre selva, madre tierra, madre todo
Mi sueño
mis noches en vela
tus llantos sin consuelo
mis pechos, tu alimento
mi vientre, tu refugio
tu inocencia, mi delirio.
Tú, mi niño, llenas mis días
de inmensa alegría

Tú mi fuente, tú mi raíz
tú mi luz, tú mi luna,
El sol y todas las estrellas
tu risa, la mía.
Tú mi madre,
mi madre tierra,
mi madre selva,
mi madre todo.